Por el GR-92 (I): De Palamós a Calella de Palafrugell

El GR-92 es también conocido como el sendero del Mediterráneo; se inicia en Portbou (Girona) y sigue toda la costa hasta el estrecho de Gibraltar. En el verano del 2008, Iker y yo decidimos acercarnos a la Costa Brava y recorrer en un fin de semana parte de esta gran ruta.

En junio el calor aprieta en Barcelona y no conociamos la zona, así que decidimos partir una etapa en dos, para tener más tiempo de disfrutar de sus increíbles paisajes. Elegimos la etapa Begur - Palamós (23 Km) y la hicimos de sur a norte:
  • Sábado: Palamós - Calella de Palafrugell
  • Domingo Calella de Palafrugell - Begur
Con una pequeña mochila y la tienda de campaña llegamos a Palamós al mediodia. Damos una vuelta por el pueblo, la zona de la playa y la parte antigua y enseguida buscamos algún sitio para comer. Lo que en principio iba a ser "comemos algo y ponemos rumbo a Calella" se convierte en una buena y larga comilona. Hacia las cuatro de la tarde, mochila a la espalda y empezamos a caminar. En menos de media hora llegamos a la playa de la Fosca; estamos todavía perezosos, así que no podemos resistirnos a un baño y una pequeña siesta entre la multitud.


Playa de la Fosca

Castell de Sant Esteve, desde la playa de la Fosca

La verdad es que se está de lujo en la playa, pero si queremos llegar a Calella, nos tenemos que empezar a espabilar; a eso de las siete de la tarde, volvemos a calzarnos las botas y echamos a andar. Al poco de cruzar la playa, el camino sube por una ladera hacia los restos del Castell de Sant Esteve, para internarse en un pequeño bosque de encinas, cuya sombra es de agradecer. Durante un buen rato, se sigue al borde de la costa por el Camí de Ronday cruzamos la cala s'Alguer donde podemos ver las antiguas casas de pescadores.

Cala s'Alguer


A la altura de la cala Castell, giramos a la derecha por un pequeño sendero que se aleja de la costa y caminos al costado de la riera d'Aubi. Siguiendo las marcas del GR, enseguida nos internamos en un bosque, que nos alivia con su sombra y nos vuelve a acercar a la costa. Impresionados por las calas que se forman a nuestros pies, continuamos nuestra marcha sin fijarnos en la señales del GR y caminamos al borde de pequeños acantilados. Así llegamos a cala Estreta, donde el sol que empieza a ponerse nos deja unos paisajes espectaculares.


Cala Corbs


Cala Estreta

Sin pensarlo más, seguimos por las calas, y atravesamos unas tres o cuatro calas, cuando nos damos cuenta que no podemos avanzar más. Calella queda enfrente nuestro, pero los acantilados son ya más abruptos y no hay camino posible. Tratamos de adentrarnos un poco, pero las vallas de las propiedades privadas que hay por la zona, nos impiden el paso constantemente.



Son las nueve y media de la noche, no tenemos ni agua ni comida, así que decidimos emprender rápidamente la marcha y volver sobre nuestros pasos buscar un camino que nos lleve a Calella. Al alcanzar de nuevo cala Estreta, vemos un camino que sube y se adentra en el bosque, así que lo cogemos, retomamos las señales del GR, lo que nos indica que vamos en la dirección correcta y a buen ritmo, alcanzamos el pueblo, cuando se encienden las primeras farolas y el sol ya se ha puesto completamente.


2 comentarios:

  1. Hola, ya se o me imagino que para colores...pero esta entrada cuesta de leer. Letras negras sobre fondo gris negruszco...

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    1. Toda la razón Pere, muchas gracias, no me había dado cuenta! Lo cambiaré :)

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Hola! Muchas gracias por visitarme y dejarme un comentario!!