Salinillada 2010 - 24/06/2010 - De Ermua a Legutiano

La travesía de dos días entre Ermua (Vizcaya) y Salinillas de Buradón (Alava), que a alguien se le ocurrió organizar, promete ser dura, pero también promete espectaculares paisajes. La "avanzadilla de la expedición" (Dani y Edu) ya ha comprobado sobre terreno, la primera parte de la ruta, probando diferentes variantes. Elegimos la más larga, pero que salva menos desniveles. Así que preparados y motivados para la larga caminata, salimos de Ermua Edu, Txus y yo (Dani ha sido baja de última hora) pasadas las 7.30 de la mañana.

Por camino de sobra conocido para los tres, llegamos a la presa de Aixola, donde decidimos que es un buen lugar para hacernos la foto oficial de inicio. Cruzamos la presa y enseguida abandonamos el camino que bordea la presa tomando un desvío hacia la derecha por una senda que serpentea por una de las laderas, hasta el cruce con señalización del GR que hemos de seguir. Por una pista bastante cómoda, el camino asciende suavemente y pronto empezamos a ver la presa bastante abajo y la cima del Egoarbitza que la custodia.


Presa de Aixola
Camino a Santruán
Egoarbitza y la presa, que ya queda abajo...
En un rato llegamos a la ermita de Santruán, y aprovechamos para echarnos un poco de crema, que el sol ya empieza a calentar. Cruzamos la carretera que une Elorrio con Elgeta y seguimos de frente, por un camino con varias rampas con algo de pendiente que nos llevaran hasta el puerto de Kanpazar. El camino trancurre entre bosques, que con su sombra nos hacen más fácil soportar el calor. De vez en cuando, se abren claros que nos dejan increíbles vistas de la sierra del Anboto y ya llegando a Kanpazar, se alza ante nosotros el Udalaitz.

Camino a Kanpazar
Un descanso con buenas vistas
Elorrio y la sierra de Anboto
Anboto y collado de Zabalandi, hacia donde nos dirigimos
Udalaitz
Tras una pequeña bajada, llegamos a Kanpazar, donde paramos unos minutos a beber agua, reponer las cantimploras y comprobar que los del bar se han ido de vacaciones. Así que no hay excusas, cruzamos la carretera y tomamos el GR en dirección a Besaide. El camino está en bastante mal estado por las últimas lluvias y alguna máquina que anda por ahí; un autentico barrizal, que hace un poco más duras las rampas que nos encontramos. Yo ya empiezo a notar que llevo mucho tiempo sin caminar, aunque de momento la rodilla responde bien. Edu y Txus están bastante frescos, así que en las cuestas me sacan cada vez más distancia. Bordeamos el Udalaitz, y es casi la una de la tarde cuando llegamos a Besaide, donde se encuentra el monumento al montañero desaparecido y aprovechamos para descansar y comer alguna cosa.

Puerto de Kanpazar
Un auténtico barrizal
Besaide, con el Anboto
Monumento a los fallecidos en accidentes de montaña
Zabalandi queda más cerca...

Varias fotos porque las vistas son todo un espectáculo, mucha agua porque el sol ya pega con fuerza y varios chistes y tonterías alrededor del límite entre las tres provincias. Antes de salir, foto de equipo, por supuesto en la zona vizcaina, ;)


Habiendo repuesto un poco las fuerzas, nos dirigimos hacia el collado de Zabalandi, última subida del día; procurando no perder altura desde Besaide, salimos hacia la izquierda, en dirección al Tellamendi. Pasamos por hayedos impresionantes, y el camino está cubierto de una enorme capa de hojas. Se nota que hace tiempo que no barren por ahí! Y poco a poco, nos acercamos a las últimas rampas antes del collado, ya a pleno sol. Se hacen un poco duras. 

Impresionante hayedo
Llegando a Zabalandi





Sobre la tres de la tarde, casi sin fuerzas alcanzo el collado, donde me esperan descansando Edu y Txus. Observamos la imponente pared del Anboto, que de cerca impresiona todavía un poco más. Un poco de agua, unos frutos secos y nos dirigimos hacia Olaeta. Salvo un par de cuestas al principio, dirección Pol-Pol, el camino es todo bajada. En algún momento perdemos las señales, así que guiándonos por el sonido de un riachuelo, bajamos, monte y bosque a través hacia él. Cruzamos bosques realmente frondosos, en los que la luz del sol no llega a todos sus rincones.


Anboto desde Zabalandi
Bosque de bajada a Olaeta
Vista atrás, llegando a Olaeta

Y casi a la cinco alcanzamos Olaeta, el primer pueblo desde que dejamos Ermua. En el bar nos dan los mejores bocatas de la historia, o al menos, eso nos pareció en aquel momento, un par de rondas de refrescos para reponer azucar y sin más demora, cogemos el camino dirección Otxandio. Poco antes de llegar al pueblo, en una rotonda, tomamos el desvío a Legutiano, y empezamos a caminar por un bosque, siguiendo las señales del GR-38. Y de repente, el camino empieza a ascender. Convencidos que el camino bordearía el embalse de Urrunaga, nos sorprendemos de estar subiendo y subiendo, y sin ver mucho, porque los árboles no nos dan mucha visibilidad.  





Por suerte, tal cual hemos empezado a subir, en un momento dado el camino empieza a descender, cruzamos una carretera, nos adentramos en otro frondoso bosque y nos encontramos de frente con el pantano de Albina. Un ciclista que descansa al borde del pantano, nos indica que debemos seguir el camino que va por su orilla, hasta alcanzar la presa, cruzarla y coger la pista que baja hasta Legutiano. Bueno, al menos sabemos que vamos en buena dirección y el camino por el borde del pantano es realmente apetecible. 


Pantano de Albina
Anboto queda ya lejos...

Al llegar a la presa, vemos que está vallada y no se puede cruzar; pero, a estas alturas del día y con todos los kilómetros acumulados, no está la cosa para tratar de averiguar el camino y dar vueltas de más. Así que nada, a trepar por las vallas. Por la pista que sale de la presa, llegamos a Legutiano cuando son las ocho y media de la tarde.