Thames Path: Reading to Henley

Pronostican nieves. Así que mejor no arriesgar. Pero también hace mucho frio. Así que tampoco conviene madrugar. Las 11 de la mañana nos parece una buena hora para empezar a caminar desde Reading hasta el turístico pueblo de Henley, siguiendo el curso del rio Támesis, a lo largo de unas 9 millas. 

Desde Reading caminamos por el canal del Kennet & Avon hasta que se cruzan por debajo los dos puentes de las vías del tren y se llega al río Támesis. En ese punto, seguimos hacia la derecha donde ya vemos letreros que indican que estamos siguiendo el sendero del Támesis (TVP: Thames Valley Path).

Caminamos alrededor de 3 millas hasta que alcanzamos el Sonning Lock y unos metros después llegamos al puente de Sonning que debemos cruzar. A partir de aquí, el camino hasta Henley sigue por el flanco izquierdo del rio (con el Tamesis a nuestra derecha).

Más o menos en otras tres millas llegamos al Shiplake Lock y aquí, aunque vemos alguna señal, hay un cruce de caminos que no queda claro y por supuesto, elegimos el equivocado. Por no dar vuelta atrás, tenemos que saltar un par de vallas, confiando en que los dueños de las fincas no anden por ahí y se lo tomen a mal. Y probando por aquí y por allí, conseguimos llegar de vuelta al pueblo de Shiplake. Ni tan mal, porque el camino que hemos seguido nos ha llevado por la vereda del río, y el camino marcado te mete de lleno en el pueblo, y toca pisar más asfalto. Así que una vuelta de más, pero un camino más agradable.

Una vez que entramos en el pueblo, seguimos los carteles, que nos hacen cruzar las vías del tren para dejarlas a nuestra izquierda y seguir un camino marcado que nos lleva de vuelta al rio.

Como nos queda poco para llegar, apenas quedaran 2 millas, decidimos parar a comer al lado del río. Sin embargo, ya hace un rato que el tiempo ha empezado a cambiar y el frio se esta humedeciendo. Así que enseguida retomamos la marcha.

Cruzamos el Marsh Lock con unos puentes; bastante curioso este punto del camino. Y siguiendo un camino en zona ya urbanizada entramos en Henley, nuestro destino de hoy.

El ritmo ha sido tranquilo, disfrutando del paisaje y del camino, por lo que entre paradas y demás, nos ha llevado casi cuatro horas. Minutos después de llegar a Henley, todavía con el café caliente entre las manos, se cumplen los pronósticos y empieza a nevar.